Nuestra mirada es capaz de expresar emociones, reflejar el estado de ánimo e incluso de transmitir una sonrisa.
Pero también es una de las primeras en mostrar los signos de la edad, delatar el cansancio, la falta de sueño, las consecuencias de las luces azules, el nivel de estrés o los malos hábitos.
Precisamente por eso se debe cuidarla con especial énfasis.