Las pieles sensibles en verano
La piel sensible es más vulnerable a los ataques externos y se caracteriza por una reacción extrema a factores normalmente bien tolerados.
La tirantez, la irritación, la descamación, la picazón y el enrojecimiento son algunos de los síntomas visibles que sufren este tipo de pieles.
Esta hipersensibilidad es la consecuencia de una disminución del umbral de su tolerancia, resultando más expuesta a un envejecimiento prematuro.
Durante los meses de calor esta condición se profundiza. Por eso es importante cuidar muy bien la piel y utilizar productos con activos adecuados.