Surgimiento de la terapéutica física
Hipócrates, padre de la Medicina Occidental, puede considerarse también como uno de los grandes impulsores de la Terapéutica Física, alejándola de las prácticas religiosas y acercándola a posiciones más experimentales.
Su filosofía terapéutica era la de “ayudar a la naturaleza”, esto es, impulsar mediante medios naturales las fuerzas de autocuración del cuerpo (Vis Naturalis Medicatrix).

En el tema del movimiento como agente terapéutico (kinesioterapia), Hipócrates desarrolló maniobras de corrección de las incurvaciones del raquis de causa externa, mediante compresiones, tracciones y manipulaciones.
En el campo del masaje como agente terapéutico (masoterapia) describió la llamada anatripsis, o “fricción hacia arriba”, que aplicaba para realizar drenajes vasculares.
Asímismo, impulsó métodos gimnásticos preparatorios para el fortalecimiento de las extremidades en el arte de la caza, el deporte y la guerra, método que posteriormente perfeccionaría Herodio en su tratado “Ars Gimnástica”.

Aristóteles, por su parte, consagró sus esfuerzos en este campo al estudio de la kinesiología, o ciencia del cuerpo humano en movimiento, y al estudio de la marcha humana.
En el campo de la Electroterapia, o Electricidad como Agente Terapéutico, realizó experiencias con descargas eléctricas de pez torpedo (tremielga), que aplicaba para los ataques de gota, método que después populizarían los romanos.

La Civilización Romana desarrolló esta herencia terapéutica del mundo helénico. Así, el masaje era práctica habitual en el Imperio, y se realizaba antes y después de los baños, de gran auge en aquellos días, a cargo de los llamados frictori y ungüentarii.
Celio Aureliano introduce la hidrokinesiterapia (gimnasia acuática), y la suspensión-terapia (kinesiterapia con pesas y poleas), así como pautas para ejercicios postoperatorios y dolencias reumáticas como la artritis, entre otras.

Asclepíades desarrolló ejercicios terapéuticos basados en el movimiento activo y pasivo, así como los llamados “baños colgantes”.
La figura principal de esta época, sin embargo, fue Galeno, que describió una gran variedad de ejercicios terapéuticos con sus parámetros de vigor, duración, frecuencia, uso de aparatos, y parte del cuerpo interviniente, así como gimnasia planificada del tronco y los pulmones, para la corrección del tórax deformado cifótico o escoliótico.

En la actualidad, gracias a los avances de la tecnología, y fiel a su historia y tradición, la Fisioterapia dispone a su alcance del uso de numerosos agentes físicos (masaje, agua, sonido, electricidad, movimiento, luz, calor, frío, etc.) en distintas modalidades (electroterapia, ultrasonoterapia, hidroterapia, mecanoterapia, termoterapia, magnetoterapia o laserterapia, entre otras).
Pero, siempre, sin descuidar o abandonar el desarrollo e impulso de nuevas concepciones y métodos de Terapia Manual, la principal herramienta del fisioterapeuta, para la prevención, tratamiento, curación y recuperación de un gran número de patologías y lesiones.
