En la piel seca y deshidratada ayuda a equilibrar el pH y el tono de la piel, arrastra las células muertas del estrato córneo y opera con un excelente efecto hidratante que contribuye a la recuperación del tono muscular.
También realiza una limpieza profunda de cutis, gracias a su acción remineralizadora y reequilibrante del pH, es un gran depurador de la piel castigada, ya que absorbe las sustancias y células muertas eliminándolas de las capas superiores de la epidermis.

En las mujeres que tienen flaccidez en el busto, colabora en la recuperación de la tonicidad. En este caso se complementa con el masaje a fin de estimular la circulación sanguínea y luego lo deja secar para que actúe como máscara tensora.
También es eficaz para el tratamiento de manchas o melasmas, drenaje linfático y pérdida del cabello, y atenúa la apariencia de la celulitis, acné, rosácea, eczemas o psoriasis.
Arcilla

La arcilla es un mineral, rocas de feldespatos y micas, que está compuesto por óxido de aluminio, sílice, hierro, calcio, potasio y rastros de magnesio.
Sirve para el hígado y sus trastornos, el sistema circulatorio, corazón, riñones, várices, sistema digestivo y excretor, estreñimiento, sistema respiratorio, asma, sistema nervioso, stress, columna vertebral, lumbago, ciática, cansancio, anemia, desmineralización, dolencias femeninas, piel, enfermedades infantiles, adelgazamiento, cáncer, primeros auxilios, quemaduras, heridas, esguinces, masajes, máscara facial y acné.
Tiene propiedades absorbentes de toxinas, bacterias y gases. Es adsorbente de líquidos, sangre, agua, linfa y bilis. Además tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antiulcerosas, antitumorales, antirradioactivas, termodinámicas, purificadoras de sangre, y cicatrizantes.

– Absorbente
La arcilla está compuesta por partículas microscópicas (1 o 2 milésimas de milimetro), tiene la capacidad de atraer y absorber los elementos tóxicos e inútiles y estimular la evacuación.
Es particularmente rica en ciertas diostasas y enzimas que no se destruyen a sí mismas al actuar. Algunas de estas, las oxidasas, tienen la capacidad de fijar el oxígeno libre, lo cual explica la acción de purificación y enriquecimiento en la sangre.
La arcilla es un catalizador que favorece las transformaciones y operaciones de síntesis, permitiendo así un uso mas adecuado de los elementos absorbidos. En la piel, por ejemplo, estimula la función cutánea, depura y sana, incluso expulsa el ácido úrico, tiene el poder de atraer, absorber y estimular la evacuación de elementos tóxicos e inútiles.

– Purifica la sangre
Contribuye a la neutralización de los desechos nitrogenados y a la eliminación de los ácidos. Favorece un pH adecuado en la sangre, ligeramente alcalino. Además tiene una acción reconstituyente sobre los glóbulos rojos.
– Antirradioactiva
Estimula o absorbe un exceso de radioactividad. En un organismo que aún conserva las radiaciones del radio o de cualquier otra fuente radioactiva intensa, la radioactividad primero se ve aumentada y luego absorbida.
La arcilla tiene una atracción eléctrica negativa para todas las partículas cargadas positivamente.
En el organismo, la mayor parte de los productos tóxicos está cargado positivamente, y estas toxinas se dirigen inevitablemente hacia la arcilla.

– Antiulcerosa
Tiene una acción antiinflamatoria y cicatrizante debido al silicato de aluminio.
También tiene una acción absorbente sobre las toxinas y bacterias del tubo digestivo, tiene una acción hemostática (activa la coagulación de la sangre), ayuda mucho en la gastritis y úlcera gástrica o duodenal, cuando la enfermedad no es grave.
– Antiséptica
La arcilla obstaculiza la proliferación de microbios o bacterias patógenas, es decir, de los elementos parásitos, favoreciendo al mismo tiempo la reconstitución celular sana.
– Antiartrósica
Produce una acción sedante. Tiene una acción vascular, el calor penetra en la articulación fría, mal irrigada, se calienta, se nutre y se drena mejor.
Favorece el aporte de oligoelementos necesarios para la restauración de los cartílagos.
La arcilla caliente tiene una acción muy poderosa sobre el reumatismo.
Es importante tener en cuenta que no se debe poner la arcilla caliente en reumatismos inflamados e infecciosos, en esos casos ponerla fría, según la tolerancia.

Temperatura
El frío sirve para: fiebre, inflamación, congestión o un lugar de alto calor natural como el abdomen superior. Unos minutos después debe estar tibio, pero si se mantiene la sensación de frío hay que retirarla. A veces al cabo de 5 minutos hay que cambiarla por otra nueva dado que la arcilla fría produce calor.
Cuando se trate de un órgano u organismo agotado o debilitado conviene comenzar con aplicaciones frías, pero inmediatamente continuar con otras calientes.
La temperatura del cuerpo debe elevarse lentamente, el tratamiento frío solo resulta beneficioso cuando provoca una reacción en el organismo que produce calor.
No se debe poner frío en la pelvis o abdomen inferior cuando hay menstruación, tampoco en articulaciones doloridas, reuma, pulmones o bronquios.
La arcilla caliente o tibia sirve para: revitalizar un órgano deficiente, reconstituir huesos, columna vertebral, pulmones, hígado, riñones y vesícula. En determinadas enfermedades, especialmente en las de vejiga y ovarios.
Tener en cuenta que, al igual que la homeopatía o la acupuntura, puede producir un aumento del síntoma o dolor, pero es justamente por la depuración, por eso conviene comenzar lentamente y con poca cantidad.

La arcilla ejerce sus efectos beneficiosos gracias a su poderosa acción de drenaje y a que atrae las sustancias de radiación negativa. Por eso es necesario avisarle al paciente que se pueden producir reacciones desagradables al comienzo, pero eso significa que el organismo está respondiendo.
En el caso que hubiera reacciones violentas como dolores muy fuertes, nerviosismo, picores, sensación de frío o manchas rojas, entonces hay que interrumpir el tratamiento. Eso puede suceder dado que la arcilla atrae hacia la superficie las sustancias ácidas que fluyen desde regiones internas y atraviesan los tejidos.
En úlceras o heridas grandes con supuración hay que tener especial cuidado al aplicar fangoterapia ya que la arcilla provoca al principio el aumento del tamaño. En esos casos conviene trabajar a la distancia, en los puntos reflejos, por ejemplo en los pies, que es el método de la revulsión.
Algunos complementos recomendados para este tratamiento son sal marina, aceite de oliva, ajo, cebolla, vinagre de manzana o limón, repollo, algas, hierbas y limón.